¡Hola chic@s! Como ya sabeís Cassia y yo estamos saturadas de exámenes y de trabajos, y dada la casualidad de que uno de mis trabajos debía ser un relato corto sobre un niño, he decidido conpartirlo con vosotros. Espero que os guste :)
ODETTE
No es
que odie al señor Thompson. Simplemente opino que es un poco rarito. No
entiendo porqué nunca sale de su casa ni se relaciona con la gente del pueblo.
Y mucho menos comprendo la extraña afición que siente por su jardín. Puede
pasarse horas contemplando el hastiado ciclo de una margarita. Mamá dice que su
mujer cuidaba del jardín antes de morir y el señor Thompson cuando habla con
las flores habla con su esposa. Yo lo he intentado, he hablado con las flores
que la abuelita cultiva en las macetas del patio, pero nunca me contestan.
***
Quiero
saber la voz que tienen las flores del señor Thompson, así que le digo a mamá
que iré a jugar al parque, cuando en realidad estaré escondida detrás de ese
abeto tan grande que separa mi casa de la del señor Thompson escuchando lo que
le dicen las flores.
No pasa
mucho tiempo hasta que el señor Thompson me descubre. Al principio quise echar
a correr, pero la impresión de tener a ese hombre en frente de mi paralizó mi
cuerpo. Intentaba excusarme, pero no me salían las palabras. No sabía como iba
a reaccionar. Los niños y niñas de mi clase cuentan historias horribles sobre
él. La mamá de Diana dice que es un viejo gruñón que no puede amar. La de Jaime
reprocha que ni siquiera apareciera por el funeral de su mujer porque no es
cristiano. Y la de Margot habla que
sospecha que está relacionado con la muerte de su mujer y no deberíamos
acercarnos a él. ¡Qué mujer más
mala! ¿Cómo puede decir eso del pobre señor Thompson si ni siquiera le conoce?
Yo nunca creí tales historias, aunque tenerle delante con cara de pocos amigos
hizo que mis pensamientos se confundieran por un momento, hasta que por su boca
asomó una afable sonrisa.
Tiene
el pelo canoso, muy canoso. Me recuerda mucho a los frágiles copos de nieve que
se apoyan en el porche los fríos días de invierno. Una barba ni muy larga ni
muy corta. Sus ojos azules constituyen una mirada triste pero cariñosa. Unas
arrugas adornan su frente y sus ojos, dejando a la vista una vida cansada.
Lleva un sombrero de paja, para protegerse del sol mientras cuida del jardín.
-¿Qué
haces ahí escondida niña?
Su voz
suena fatigada aunque muy dulce. No sé como será la voz de sus flores, pero la
del señor Thompson me gusta.
-Yo…eh…yo…quería…
-¿Qué
te pasa niña? ¿Te ha comido la lengua el gato?
La
abuela me repite esa última pregunta constantemente y yo siempre la respondo lo
mismo: ¡Si no tenemos gato abuela!
-Yo… no
tengo gato.
La
sonrisa del señor Thompson desaparece y sus ojos aumentan de tamaño para
lanzarme una mirada perpleja. Estalla a carcajadas pese a que yo no veo la
gracia.
-Es
verdad. No tengo. Intenté convencer a papá de comprar uno pero tiene una alergia
terrible.
El
señor Thompson vuelve a sonreír, se da media vuelta y prosigue con sus tareas.
-Tiene
un jardín precioso señor Thompson. Mi mamá dice que nunca podrá competir con
unas hortensias como las suyas.
-Si
tuvieses que escoger una única flor del jardín ¿cuál sería?
Es una
pregunta difícil. Hay muchas variedad entre la que elegir, y yo soy muy
indecisa, aunque acabé por seleccionar una curiosa flor con degradados morados
en sus pétalos y fuertes y llamativas hojas verdes.
-Espérame
aquí eh…
-¡Odette!
-¿Odette?
¡Qué nombre más bonito! Me recuerda a mi hija.- No sabía que el señor Thompson
tuviese una hija.- Es el nombre que mi esposa escogió para ella. Se fue a
estudiar a la ciudad hace unos años, así que no aparece mucho por aquí.
Dicho
esto entra en la vieja caseta de jardín y enseguida sale con una maceta en la
mano. Agarra unas semillas de la flor que me gusta y las introduce en la
maceta, cubriéndolas de tierra.
-Aquí
tienes. Considérala un regalo.
***
Hace
tres día que mi flor parece triste. Está mustia y sin color alguno. La abuela
dice que debería tirarla, que eché demasiada agua y que la ahogué. Mamá da la
razón a la abuela. Pero yo no quiero tirar mi planta. Seguí al pie de la letra
todas las indicaciones del señor Thompson, así que le pediré consejo a él.
El
jardín del señor Thompson también está más apagado. Él asegura que se debe al
pésimo tiempo de los últimos días y que no debería preocuparme.
Últimamente
me paso las tardes ayudando al señor Thompson y aprendiendo de sus amplios
conocimientos sobre botánica. No entiendo porqué las mamás de mis compañeros
recriminan a mamá que pase con él las tardes. Es un hombre encantador y muy
cariñoso.
Su jardín
ha recuperado rápidamente la alegría en cuanto regresó el buen clima, sin
embargo, mi flor sigue en el alfeizar de mi ventana sin ningún signo de
vitalidad.
***
El fino
rocío mañanero cubre las calles. Hoy comienza el invierno, y con él un frío
helador. Creo que la abuela tiene razón y debería deshacerme de mi flor. Tiene
un color horrible y ya no le quedan hojas.
-Mamá
voy a casa del señor Thompson.
-Hay
alguien en el salón que desea verte Odette.
Cuando
me asomo al salón veo al señor Thompson. Parece más cansado de lo habitual,
pero aún así me recibe con una sonrisa.
-Hola
Odette.
-Señor
Thompson ¿qué hace aquí?
-He
venido a despedirme.
-¿Despedirse?
-Verás…
¿recuerdas a mi hija, Odette?- asiento con la cabeza.- Ha tenido un pequeño
susto y me necesita para cuidar de ella.
No se
como reaccionar. Por supuesto entiendo que si su hija le necesita deba
marcharse, pero por otro lado pienso que no es justo. ¿Qué será de nuestras
tardes de tomar el té? ¿y de nuestras clases de botánica? ¿y de su jardín?
Se me
llenan los ojos de lágrimas
-Pero,
señor Thompson ¿qué será de su jardín?
-Quería
pedirte un pequeño favor. Que cuides de él por mi hasta que regrese.
-¿Y eso
cuando será?
-Me
temo que no pronto.
Asiento,
cabizbaja, y con los ojos nublados de lágrimas.
-Lo
haré.
El se
levanta y me da un cálido abrazo.
-Eres
una niña increíble Odette. No cambies
nunca.- y dicho esto se despide de mi madre y se va.
Desde el
porche veo el coche alejarse. Siento un cúmulo de emociones. Tristeza por la
ida del señor Thompson, preocupación por su hija y felicidad por confiar lo
suficiente en mi como para dejarme a cargo de su jardín.
Mamá me
besa en la mejilla y me propone pasar la tarde en el parque, pero no me siento
con fuerzas, así que subo a mi habitación.
Cuando
abro la puerta lo primero que veo es una una curiosa flor con degradados
morados en sus pétalos y fuertes y llamativas hojas verdes.
¿Os ha gustado? ¡Contadme!
Me ha gustado mucho, muy entretenido de leer mientras te tomás el café mañanero :) Un besin ^^
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarLa verdad es que me ha gustado, me ha parecido muy original ^^
¡Besos!
Hola^^
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, está muy bien!
besos<3
Me ha gustado, es muy tierna^^
ResponderEliminarMe ha gustado, es muy tierna^^
ResponderEliminarMe ha gustado! Muy bonito.
ResponderEliminarEs muy bonito :)
ResponderEliminar¡Besos! <3