Capítulo 10 :)

Hola tributos¡¡ Veo que algunos hasta ahora la historia no os ha llamado la atención u.u
Espero que apartir de ahora veais el desarollo y os guste ^^
BBss.
 
Capítulo 10 - Tris.

Todo es un caos.

Hay gente tiradas por los suelos, incapaces de moverse. Otras corren en distintas direcciones, presas del pánico. Yo en cambio me quedo inmovilizada, en el escenario, tratando de buscar con la mirada a mi familia.

Miro hacia el público pero no encuentro a mis padres. Las sillas tiradas por los suelos y los movimientos tan bruscos me dificultan la vista. Bajo y corro hacia un grupo de eruditos.

- ¡¡¡CALEB!!!- Chillo con todas mis fuerzas.

- ¡¡¡CALEB!!! -Pero nadie acude a mi llamada.

Noto como los ojos se me humedecen mientras corro hacia otro grupo de eruditos

-¡¡¡CALEB!!! -La garganta me arde de tanto gritar. No puedo más.

Pero sigo buscando.

El terremoto va aumentando y mis fuerzas, en cambio, van descendiendo.

Debajo de unas de las sillas del público veo algo que asoman por un pequeño hueco. Levanto la silla y debajo me encuentro a un niño con el cabello dorado y los ojos creo que grises. No lo distingo muy bien debido a que los movimientos hacen que lo vea todo borroso.

-¿Dónde está mi mamá?

Debe tener unos 6 años. Tiene la cara mojada por las lágrimas y sostiene sobre su mano un pequeño osito de peluche.

-Ven conmigo, ¡rápido!

El niño se levanta y echamos a correr.

 No sé en qué dirección. Intento buscar algúna explanada. Pero lo malo es que dentro de la muralla todo está lleno de edificios gigantescos. Ni una explanada.

Lo único que se me ocurre es meternos debajo de la pequeña fuente de piedra que hay en la plaza principal.

Vamos retrasando el paso. La niño no puede más. La cojo en mis brazos y salimos corriendo.

Marcus habla con voz alterada por el micrófono:

-¡Todo el mundo con los correspondientes a su facción!

Miro al niño entre mis brazos y le distingo una camisa y unos pantalones negros. Es de Osadía. Iré con él.

Mis gotas cayeron sobre le carbón ardiendo justo antes del primer temblor. Ahora pertenezco a la facción de Osadía.

Antes de volver a correr alguien me agarra del brazo.

Me giro y vea a Caleb. Tiene las manos ensangrentadas.

-¡Caleb!- Digo mientras nos abrazamos apretujando al niño entre nosotros.- ¿ Qué te pasa? ¿Por qué sangras?

-Beatrice, es papá, tienes que ayudarnos.

-Sé llegar hasta la facción de Osadía yo solo, no te preocupes, queda muy cerca- Me dice le niño.

Me siento un poco responsable de a verlo dejado irse solo pero era lo mejor.

- ¿Qué a ocurrido?

-Cuando intentaba escapar giré la cabeza para buscarte. No te encontré.- Dice entre jadeos.- Pero sí encontré a mamá. Estaba arrodillada frente a una de las columnas que sostenían el escenario. Me acerqué a ella y vi a papá debajo de ella.- En ese momento se para.- Beatrice, papá se ha ido.

Paro de golpe. Noto como, además de mi mundo exterior, el interior se derrumba.

Tengo ganas de tumbarme y aporrear el suelo con todas mis fuerzas mientras chillo.

No lo hago.

-¿Entonces, Caleb, que ocurre?

-Mamá no se quiere despegar de su lado, ¿Beatrice?

-¡Oh, Caleb, todo esto es horrible!

Me lanzo hacia los brazos de Caleb y me pongo a llorar.

El me acaricia la cabeza, me da un beso en la frente.

-Lo sé.

Nos quedamos abrazados viendo como la gente huye despavorida en todas las direcciones.

-¡BEATRICE! ¡CUIDADO!

Me despego de Caleb y veo como un enorme edificio rodeado de bonitas vidrieras se nos viene encima.

Quedo inmovilizada. Caleb me agarra de la mano y me arrastra lo más lejos posible. Mientras corro miro hacia tras y veo como un grupo de sinceridad muere aplastado por el edificio.

Seguimos corriendo. Chocamos contra la gente. Perdemos el equilibrio varias veces. Allí está.

Observo  la parte superior de mi padre, sin vida. La otra mitad está bajo la gran columna de piedra. Mamá a su lado llora desconsoladamente. Le acaricia lla mano una y otra vez.

-Mamá, tenemos que irnos ya- La grita Caleb para que sus palabras entren por sus oídos.

-No podemos dejarlo aquí- Responde entre sollozos mamá

- Si no lo hacemos moriremos todos- Digo seriamente. Estoy destrozada pero no me atrevo a soltar ni una lágrima. Por mamá. Tengo que ser fuerte.- Y creo que el no habría querido eso.

-Tienes razón, hija pero…

-¡CUIDADO!

<< Capitulo anterior               Capitulo siguiente >>